sábado, 14 de junio de 2008

Poema 2


*

Tengo mente de ido.
Se enciende y se apaga,
ora sí, ora no.
La barca se tambalea
bajo la marea de mis sentimientos,
esos que en un principio fueron
milagros que intentaron curar a los idos, ellos, esos.
Mas no por verme caer yo más tarde en el hueco, fui salvado.
Yo que sólo quería milagros para ellos, esos, los idos.

*

Me veo en la sombra de tu luz.
Muerto en clavo, busco tu abrazo.
Una franja cubre mis ojos,
ciego yo por ti que me tapas la visión con azul,
-lapislázuli-, dice el poeta.
Yo, simplemente "blue".
Toda mi mirada se concentra en esa extraña textura.
Sabiendo de la desnudez de tu cuerpo, no cubro sino tus clavos.
Tres.

*

Yo no quise verla, pero su dejadez al andar por la calle me atrapó.
Me estremecí; perdí el consuelo con su simple visión.
Ese pleno abandono de sí misma; esa tristeza en sus manos.
Mi intención fue tocarla, alcé mi mano pero el cristal me lo impidió.
Todo era tan lento como el aleteo de su cabello cubriendo parte de su rostro,
dejando entrever esa mirada vacía de alguien que ya no está.
El simple movimiento de su pesado andar, me golpeó.
Quise correr hacia ella y abrazarla, despertarla de ese trance mortal,
pero su baile era íntimo y solitario.
Sentí caer su pesar,
y ahora ese recuerdo arde en mí como el de alguien
que murió ante mí en plena calle.

*

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