*
Entre gemidos
Me doy y me doy,
me abro y no hay donde
asirme
de esta locura por
amar,
este querer y no
poder.
Sensible yo al
temor de abrazarte
y caer al vacío inhóspito
de tu mirada
clavada
en mi mirada
suspendida
en el vórtice del
deseo voraz.
Me doy y me doy,
entre gemido y
gemido,
hasta el infinito
de mí mismo.
Muevo mi mano
hacia tu rostro,
oculto en la
oscuridad,
para palpar el
miedo de mi sentir,
mi incapacidad de acariciar
tu carne trémula.
Me doy y me doy,
para engullir tu
esencia carnal
a la que intento
asirme
entre peldaños,
bajo tu peso
bestial,
con mi boca
sedienta.
Estalla mi llanto y
no soy más
que gemidos
perdidos
en el eco de mi
memoria.
Tú,
un cuerpo en el
tiempo.
*