Poema 44

*

El Cuadro

Te habla una vieja pieza sin retocar,

añil,

hallada en la esquina de un pequeño Museo de la Vieja Europa.

Sucia y sin brillo intenta sobrevivir 

a un tiempo revolucionario como el actual,

donde todo es apariencia y brillo.

Ella sólo quiere que la miren por el rabillo del ojo,

por eso está en la vieja esquina,

sombría y solitaria de la Habitación.

Sabe que sus días están contados,

pero mientras existan rincones oscuros

y magos agazapados que con sus maravillosos ojos 

y palpitantes voces

alcen el verbo de sus palabras escritas en la red,

para así,

limpiar e iluminar cada rincón de 'mi' ser.

Yo,

brillaré.

*

Poema 43

*

El paso

Hoy he venido a finiquitar

ese caminar errático en el que me hallo,

ese paso al vacío que me llevará

a la nada que es mi no respirar más.

Ese salto al más allá que 

me zambulle a la vibrante e inhóspita mar 

del pescador que me reclama 

con las manos abiertas.

Yo, cierro los ojos, y

doy el paso.

Así entro en la gélida mar 

que me balanceará

en las eternas olas de la inmortalidad.

*

Poema 42

*

Alejandrino yo,

pegado a ti por siempre

al silencio de tus palabras.

Círculo perfecto de mi muerte.

*

Poema 41

*

Mi  padre

Para mí mi padre es aquel niño

que murió al año de nacer yo.

Búsqueda perpetua de mi yo en él

en el fondo del espejo.

Silencio presente en la rutina

diaria de mi vida sin fin.

Él,

el que me persigue con un sonrisa rota,
 el que me sostiene en la fotografía desvaída.
El niño que mira directo al corazón del póstumo olvido,

o sea,

yo,

la nada que nació al año de su muerte.

Cimiento Ausente. 

Eterno abrazo.

*

Poema 40

*

En el patio

En el patio de la escuela

Recuerdo yo,

Como sangraba mi voz

Por tu amor no correspondido.

Silencio ahogado.

Ojos acechando tu devenir dionisiaco.

(Boca abierta)

Solo en el círculo de tu desprecio,

Ahora entiendo tu pavor

A esas palabras escupidas por ti

A mis pies,

En el patio de la escuela.

Esa identificación que ajusticia

A quien teme ver lo que uno esconde

En lo más hondo de su corazón.  

Terror de ser uno.

Yo soy tu némesis.

Espejo en el charco que refleja

La imagen dolorosa de uno,

Por no ser.

En el patio de la escuela.

Huiste! Volaste!

Raudo tras el cobijo de tus amigos …

Para volver.

Yo resté la embestida de tu verbo

Por saber ver al pájaro extraviado

Que ansiaba volar hacia mí,

Ese extraño solitario en el patio de la escuela

Que fijaba su mirada de amor en ti,

Imagen invertida en el charco frente a mí.

Insoportable verdad.

(Ojos abiertos)

Yo resté esa noche en el patio.

Tocayo de sentimientos soslayados.

Flor rota, ahora y siempre.

Yo que oculto con la mano el sexo erecto

Tras la furia arremetida, uno tras uno,

Contra mi espalda abierta

En la noche estrellada de mi ‘huida’.

(Herida abierta)

Aquí yace mi deshonor sangrante,

Frío, duro, encharcado en el centro de la nada.

Puro olvido en un patio de escuela.

*

-para todos los que una vez perdieron-

Poema 39

*

Sebastian

Oh, Dios!

Me sentenciaste a tres clavos

por intentar ponerme

el disfraz de agua,
por ti.

Yo, transido de dolor,

adherido al árbol de la inocencia,
cual talle al desnudo,

costado en rojo y la flor marchita,

me di.

Me escupiste por tres veces

en mi boca abierta.

Todo dolor,

lloré mi amor a oscuras

en el armario del olvido.

Ahora, un reguero de sangre

cubre el sexo que una vez tomaste,

para posar colgado
en la eterna estampa de tu pecado.

Oh, Dios!

Por ti.

*

Poema 38

*

Ofelia

Sé que he muerto muchas veces,

pero ahora que te tengo de la mano,

aquí a mi lado,

no puedo dejar de mirarme a mí mismo bajo el agua –

observando tus lágrimas fundirse

en este mar de amor que me contiene,

que me balancea hacia ti, hacia mí, cual tsunami emocional.

Abro mi mano y salgo del agua que me atrapa cual Ofelia,

al fondo de mi reverso.

Eterno castigo, mi ahogo.

Locura de estar atado a este beso de amor imposible.

Desnudo yo ante la inmensidad de este mar furioso.

Yo que te di mi verso roto.

No soy más que agua en un vaso en el fondo del Mar.

*